Capitulo 93

Ella

Cuando terminaron de almorzar, Virginia se despidió de ambos, prometiendo que volveria al otro dia para ver como avanzaba su ahijadito. Estabas tan feliz, ni en tus mejores sueños, hubieras imaginado que fuera ella quien vendría por vos.

Por otro lado…tu amor era quien te sorprendia, en ningún momento dijo palabra alguna, y es que pensabas que estaba feliz con esto que estaba pasando. O no lo estaba, o no le importaba en lo mas minimo, y cuando terminaste de lavar los platos se lo preguntaste.

-¿Amor? ¿estas bien?—preguntaste mientras te secabas las manos y te acercabas a el, quien estaba sentado en el living mirando televisión-

-si, ¿Por qué?—dijo el, sin despegar la vista de la pantalla. Frunciste el ceño, ¿Qué paso?—

-Nada…estas muy calladito—dijiste y te sentaste sobre sus piernas, mientras rodeabas su cuello con tus brazos—

-¿Qué? ¿no puedo estar callado ahora?—dijo el, y te sorprendiste por su respuesta tan prepotente. ¿habias hecho algo mal?—

-No dije eso mi vida…no dijiste palabra alguna en el almuerzo, por eso pregunte—dijiste, mientras acariciabas su cabello—

-¿Para que?, ni siquiera importa lo que diga o no—dijo el encogiéndose de hombros, y casi que se te cae la mandibula al escucharlo responder—

-¿Por qué me hablas asi?—preguntaste, y el ni siquiera te miro—

-Por nada Paula…¿me dejas ver la tele?—pregunto el—

-¿Por qué decis que no me importa lo que digas o no?—preguntaste, intentando buscar su mirada, pero no lo conseguias, el te esquivaba—¿Pedro?—dijiste una vez mas—

-¿Por qué te parece que puede ser Paula?...ni siquiera me preguntaste si me gustaba el nombre del 

bebe, ¿es mi hijo tambien, o no?, porque pareciera que no—dijo el, y sentiste como si te hubieran pegado una cachetada, ¿era por eso que ni siquiera te miraba?—

-¿Es por eso?—preguntaste, intentando ponerle gracia y sonreir, pero no parecia funcionar, porque el no movia ningún musculo de su cara—

-si desde ahora empezamos asi, no quiero imaginar mas adelante, cuando ni siquiera me dejes tener autoridad delante de el—dijo y lo miraste incrédula—

-¿es enserio Pedro?—preguntaste, y ahora mismo un nudo estaba formándose en tu garganta. El no parecia estar jodiendo—

-No—dijo—

-¿podes mirarme?—preguntaste, poniendo tu mano en su mejilla—

-quiero ir a acostarme un rato…estoy cansado—dijo el, y con suavidad, te saco de encima suyo para poder levantarse e ir a la cama—

Seguiste cada uno de sus pasos y movimientos con la vista, para que segundos despues tus ojos se llenaran de lágrimas. ¿Esto era real?, ¿de verdad estaba pasando?. Sentias que el aire se comprimia, y comenzaste a entender que quizás el tenia toda la razon, el era el papa de tu bebe y ni siquiera habia tenido la oportunidad de ser el quien elegiera su nombre, o propusiera alguno. No le diste chance de hacerlo porque diste por sentado que a el le gustaría el que vos habias elegido, pero, ¿te diste lugar a duda siquiera?, no, y ahí estaba el problema…ni siquiera pensaste en el a la hora de elegir su nombre.

Te levantaste despacito, para caminar hasta tu habitación, tenias que hablar con el y aclarar las cosas. 

Habias actuado mal y lo sabias, por eso mismo ibas a intentar enmendar tu error.

Abriste la puerta suavemente, y lo viste acostado, con su torso desnudo y sus brazos detrás de su cabeza mientras miraba el techo.

-¿Podemos hablar?—preguntaste. El no contesto, mordiste tu labio inferior con fuerza y te acercaste a la cama—Pepe, no quiero que estemos peleados—dijiste, y nuevamente ese nudo en tu garganta se volvió protagonista logrando quebrar tu voz—

-Ahora no tengo ganas Paula…te dije que quiero dormir—dijo el—

-me dijiste que me extrañaste—dijiste, y el solamente escondio la cabeza debajo de la almohada—Pepe, no me ignores—dijiste, y las lagrimas comenzaron a salir—perdóname, no pense que—dijiste e hiciste una pausa, el levanto la cabeza y te miro—

-¿No pensaste que quizás podia gustarme poder elegir el nombre de mi hijo?,  ¿sabes?, deja las cosas asi,  lo único que logras es empeorarlas, ¿te podes ir?, quiero estar solo, gracias—dijo, volviendo a meter la cabeza debajo de la almohada—

-pero Pepe—dijiste, pero notaste que tu voz ya no salía con fuerza, es mas, dudabas que te hubiera escuchado—mi amor—dijiste—

-¡Te dije que quiero estar solo Paula! ¿Sos sorda?, ¿me dejas elegir si quiero escucharte o no? ¿o vas a elegir por mi tambien?—te dijo, levantando su voz, mucho para tu gusto, las lagrimas volvieron a escapar cual catarata, puede ser que tuvieras la culpa, pero no podias permitir que te gritara de esa forma y mas cuando estabas intentando disculparte—

-No hace falta que me grites…escucho perfectamente, estaba intentando solucionar un poco las cosas—dijiste mientras secabas tus lagrimas—

-Bueno, ya viste que no podes hacerlo…ahora, ¿podes dejarme solo?—dijo una vez mas—

-¡estas siendo un idiota! ¡no lo hice a propósito!—dijiste elevando tu voz, tal como lo habia hecho el—

-¡vos sos la idiota! ¡estoy tratando de que se me pase el enojo y parece que venis a enojarme mas!—dijo el, y tu vista se nublo, lo único que fuiste capaz de hacer fue acercarte a el, pero esta vez, no para buscar refugio en sus brazos, sino que para estamparle una cachetada en la cara—

-¡No sos nadie para tratarme de esa forma!—dijiste, y esta vez, ni siquiera dejaste que pudiera contestarte, simplemente te fuiste de la habitación—

Te costaba creer que fuera tu Pedro quien estuviera gritándote de esa forma, que fuera tu amor, quien te dijera esas cosas. Te habias equivocado y lo aceptabas, pero no te parecia que tuviera que tratarte de ese modo, cuando lo único que intentabas era arreglar las cosas.

Lloraste hasta que te quedaste sin lagrimas, sin exagerar…ya te dolia la cabeza de tanto hacerlo, y no sabias con exactitud si podrias dejar de hacerlo. Ese no era tu amor…Pedro jamas te gritaría, jamas te trataría como lo hizo…¿o si?.

......................................................... 

Buenas buenas!!! aca estoy cumpliendo!♥  Comenten, comenten, y mañana me tienen.

No comentan, y desaparezco...bezozzzzzz.