sábado, 31 de octubre de 2015

Capitulo 57




El




Una vez que se fue Gonzalo, Paula y vos quedaron solos nuevamente, si bien Pau seguía angustiada, no estaba llorando desconsoladamente como hace un rato, estaba mas calmada y aferrada a vos, eso en cierta forma te gustaba, te hacía sentir como que te necesitaba, y ese sentimiento era hermoso.

Acariciabas su cabello sin parar, ella estaba estática y en la misma posición que hace cuarenta minutos, no se había movido ni un centímetro; el silencio reinaba entre ustedes, y solo se escuchaban nada mas que sus respiraciones, pausadas y lentas, Paula de a ratitos sorbía su nariz y vos acariciabas su cara de vez en cuando para cerciorarte de que no hubiera ninguna lagrima cayendo por sus mejillas…







-¿Te sentís mejor mi amor?—preguntaste—

-Podria decirse que si—dijo ella, levantando su vista para mirarte, sus ojitos y su nariz estaban rojos como un tomate—

-que bueno saberlo entonces—dijiste besando su frente, ella cerro sus ojos ante ese gesto, como disfrutándolo—¿tenes hambre?, hoy a la mañana no comiste casi nada…no quiero parecer pesado, pero tenes que comer algo—dijiste y ella levanto la cabeza para sonreírte chiquito—

-No me pasa nada gordo…gracias por cuidarme—dijo ella y besaste su mejilla—

-¿queres que nos demos un bañito los dos juntos?—preguntaste y ella arrugo su nariz—

-¿ahora?—pregunto ella—

-cuando vos me digas—dijiste y ella volvió a acurrucarse contra tu pecho—

-Ahora no tengo ganas—dijo ella y besaste su frente reiteradas veces—

-¿ y de que tenes ganas?—preguntaste, mientras despejabas su carita llevando hacia atrás su pelo—

-de tus mimos—dijo haciéndote sonreir, Paula nunca perdia ese poder sobre vos—

-¿mis mimitos sanadores?—preguntaste haciéndote el cursi y ella sonrio—

-te juro que en este momento te cargaría por tus cursilerías, pero necesito de eso—dijo acurrucándose otra vez—quiero que me calmes con tus palabras empalagosas—dijo ella casi susurrando y la abrazaste fuerte. ¡Como la querias Dios mio!—

-¿queres que te diga que sos mi princesa y esas cosas?—dijiste en un tonito medio “mimoso” que la hizo escapar una risita—

-No…eso no—dijo ella levantando la vista y sonriéndote—

-si te encanta que te diga asi…mentirosa—dijiste intentando meter tu cara en su cuello, haciéndole cosquillas con tu barba—

-Nada que ver—dijo ella—

-Sos una mentirosa muñequita—dijiste haciéndola estremecer con tu voz contra su piel—

-yo no soy mentirosa—dijo ella, y besaste su cuello—

-¿y si te invito un heladito?—preguntaste—

-¿Por qué pones todas las palabras en disminutivo? ¿Qué te pasa?—pregunto ella, y te separaste un poquito para mirarla—

-¿perdon?, ¿Quién queria que le hablara asi?—preguntaste—

-yo te dije que me digas tus cursilerías, no que me hables como a una nenita—dijo ella, haciendo un pucherito-

-sos mi nenita—dijiste y ella comenzo a reir, como amabas esa risa—

-¡cortala! Deja de decir pelotudeces—dijo ella y vos llevaste tus manos hacia sus costillas, comenzando a hacerle cosquillas—

-¿ah, mis palabras de amor son pelotudeces ahora?—preguntaste, mientras ella pataleba y reia sin parar—

-¡Basta! ¡era un chiste! ¡por favor! ¡por favor basta!—decia ella, gritando—

-Basto porque te quiero y porque estas tristona…por eso nada mas—dijiste deteniéndote un poco, y levantando un poco su remera para dejar descubierta su pancita casi marcada por los abdominales, te acercaste y dejaste besitos ahí, hasta soplar ahí como lo hacen generalmente con los bebes, haciéndola saltar por las cosquillas—

-¡Cortala!—dijo ella y agarro tus manos—haceme mimitos en el pelo—dijo ella—

-¿y quien me hace mimitos a mi?—preguntaste y ella se encogio de hombros—

-no se…no hay nadie mas aca—dijo ella y vos sonreíste—

-¿busco a alguien mas decis?—preguntaste—

-¡No!—se le escapo rápidamente y vos sonreíste—

-mmm ¿Por qué no?—dijiste y ella desvio la vista hacia otro lado, pudiste ver el color rojo en su cara—

-porque no—dijo ella—

-te quiero loquita—dijiste y ella te sonrio, beso tu mejilla—

-yo tambien…mucho—dijo ella y rodeo tu cuello con sus brazos—me hace muy bien que estes a mi lado en este momento—dijo ella haciendo que tu corazon se hinchara de amor—

-¿solo en este momento?—preguntaste  y pegaste tu nariz con la de ella, quien sonrio ante tu pregunta—

-No…en mi vida—dijo ella, haciendo que tu corazon salte de alegría—

-¿Sabes?—dijiste—

-¿Qué?—pregunto ella—

-ya no te quiero—dijiste y ella fruncio el ceño—ahora te amo—dijo y lo viste abrir los ojos con sorpresa—

-Ay—dijo ella y notaste sus ojitos llenarse de lagrimas para luego sonreir—

-¡hey! ¿Qué paso? ¿dije algo de mas?—preguntaste y ella apoyo su cabeza contra el respaldo del sillon mirando hacia arriba—

-No…hace tanto no me dicen algo tan lindo—dijo ella haciéndote sonreir con ternura, ella te daba ternura—Francisco me lo decía…pero no le daba tanta importancia, porque mi corazon no latia cuando lo tenia cerca…pero ahora…siento que mi corazon late por vos—dijo ella y mordiste tu labio inferior para luego besar su mejilla—

-sos hermosa Pau…por dentro y por fuera, con razon me enamore de vos—dijiste y eso que le habias dicho era totalmente verdad, ella sonrio y te miro—

-Vos tambien sos hermoso…muy bueno, muy todo—dijo ella—

-lo que mas me gusta de vos es tu risa…y ahora no te estas riendo, eso no me esta gustando mucho que digamos…pero amo estar a tu lado—dijo el, vos lo abrazaste escondiéndo tu cara en su cuello—te amo, te amo, te amo—dijo el, repetidas veces, mientras tu corazon saltaba de alegría—

-yo tambien Pepe…te amo—dijiste cerca de su oído, y el te abrazo—

-¿dormimos juntitos esta noche otra vez?—pregunto el y vos reíste—

-no podría dormir sola esta noche…no despues de tenerte pegado a mi para transmitirme tu paz—dijiste y el beso tu frente—

-siempre voy a estar con vos…no pienso dejarte sola jamas—dijo el, y sabias que era verdad…creías en el, confiabas en el—te amo—dijo una vez mas—

-Te amo—dijiste vos, y sellaron esas palabras con un beso cargado de ternura…y amor--






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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y siete, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido. 

 me gustaría saber si les gusta y leerlas.

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viernes, 30 de octubre de 2015

Capitulo 56




Ella





No podías caer en la realidad, no podías creer que Virginia finalmente se había enterado de la verdad, y de la peor manera, con ustedes dos comiéndose a besos literalmente…te hubiera gustado poder decirle la verdad en la cara, porque de hecho era eso lo que ibas a hacer,  pero todo se te dio vuelta y vino en tu contra…


Pedro había estado con vos en todo momento, jamás se apartó de tu lado y de alguna manera te hacia bien tenerlo cerca, era la “paz” que necesitabas, sin el, no hubieras podido calmarte, no sabías que hubieras hecho, hasta lograste dormir un rato…pero la sorpresa la tuviste cuando despertaste y te encontraste con tu hermano charlando con Pedro, al principio te asusto un poco, pero  después terminaste entendiendo porque estaba acá…quería saber de Virginia.

Una vez que estuviste frente a él, las lágrimas escaparon con todo, el te miraba con preocupación, y es que las palabras no te salían…









-¿Qué pasa Pochi?, ¿Por qué lloras asi?—pregunto el una vez mas, tomando tu mano. Respiraste profundo—

-es que…. Si se lo que le pasa a Virgi—dijiste y lo miraste, el fruncio el ceño—

-¿y por eso te pones asi? ¿Qué le paso? ¿le esta pasando algo?—pregunto preocupado y asustado—

-no…y si, le paso—dijiste bajando la mirada—la traicione—dijiste y cuando lo miraste el reia divertido—

-¿pero por eso lloras? ¿Qué paso? ¿compraste la cartera que ella queria?—pregunto riendo—

-Gonzalo…no es gracioso, me esta costando mucho hablar—dijiste y el de repente se puso serio—

-me estas asustando Pau, ¿Qué paso? ¿podes ir al grano de una vez?—dijo y suspiraste—

-yo…hace unos meses, conocí a alguien estando con Francisco—dijiste y Gonzalo te miro mientras asentía—un tiempo después lo volví a ver a este alguien , pero ese alguien estaba empezando algo con otra persona—dijiste y el frunció el ceño, pero asintió una vez mas—ese alguien y yo, seguimos viéndonos a pesar de que cada uno estaba en una relación…hasta que ese alguien y yo nos terminamos enganchando—dijiste y Gonzalo miro hacia la habitación, luego volvió a posar su vista en vos, vos asentiste—si, es Pedro, ya cuando…estábamos enganchados, nos enteramos que esa relación que Pedro tenia era Virginia—el te miro con sorpresa y las lagrimas volvieron a caer, Gonzalo amago a levantarse pero lo detuviste agarrándolo por el brazo, estabas segura de que iba a buscar a Pedro—tanto el como yo estábamos haciendo las cosas mal, los dos lo sabíamos…pero ninguno imagino que Virginia era a la misma que estábamos lastimando—dijiste dejando escapar un sollozo, el te abrazo—te juro que si lo sabia jamas lo hubiese hecho—dijiste—

-pero…pero, pero, cuando se enteraron, ¿siguieron con lo que tenian? ¿Por qué Pedro no termino con Virginia?—pregunto un poco molesto—

-porque yo se lo pedi…terminar con ella significaba verla mal, sabiendo que yo era la culpable Gon—dijiste—igual se me caia la cara de la vergüenza…pero me enamore de Pedro—dijiste en un susurro—tengo miedo de que no me perdone nunca mas—dijiste—

-sh…tranquila, te va a perdonar, ustedes son las mejores amigas del mundo—dijo el, besando tu frente—

-no se Gon—dijiste abrazándolo, en ese momento, lo viste aparecer a Pedro, y cuando tu hermano lo vio, lo sentiste ponerse tenso—el no tiene la culpa—dijiste--

-¿Cómo que no Paula?—dijo molesto, y te separaste de su abrazo para ponerte en medio de los dos—

-Ya te dije que fui yo la que se lo pidió…el en todo momento quiso aclarar las cosas, pero por mis miedos no lo hizo—dijiste—

-Yo…tambien tuve la culpa, no lo manejamos de la mejor manera, eso salta a la vista, pero…yo a tu hermana la quiero—dijo Pedro—

- ¿a cuál de las dos?—pregunto con ironía. Vos te pusiste a su lado y tomaste su mano—

-Gonzalo…no es momento—dijiste secándote las lagrimas—

-te juro por mi vida….que llegas a lastimarla a ella tambien, y voy a matarte con mis propias manos—le dijo tu hermano a Pedro—

-No…dalo por hecho—dijo el, y entrelazaste tus dedos con los suyos—

-¿y que se supone que vamos a hacer?—pregunto el y vos te encogiste de hombros—

-No se Gonzi…ella no me quiere ver, dudo mucho que quiera escuchar lo que tengo para decirle, que es justamente lo que te dije a vos, la verdad—dijiste con la cabeza gacha—la situacion se me fue de las manos, no supe controlarlo…pense que todo iba a ir bien pero me termine enamorado, fue asi—dijiste vos, y sentiste a Pedro abrazarte y besar tu sien—

-Estoy seguro de que Virgi te va a escuchar, solo dale tiempo—dijo el-

-Mañana es nuestro dia de hermanos…y dudo mucho que quiera estar cerca de mi—dijiste con el mayor dolor del mundo—

-Ella no sabe que yo se la verdad—dijo el—

-¿y si te lo cuenta para que me odies?—preguntaste—

-¿vos sentís que te odio?, si lo hago no estaría aca pichona—dijo el, y te acercaste a abrazarlo—

-tengo miedo de que nuestra familia se separe por esto Gon...no quiero—dijiste y las lagrimas volvieron a empañar tus ojos—

-Eso no va a pasar…tranquila—dijo acariciando tu cabeza—¿piensan hablar los dos con ella?—pregunto el—

-Creo que si no quiere ver a ninguno por separado, dudo mucho que quiera vernos a los dos juntos…pero, tiene que saber la verdad de la boca de los dos, eso si—dijo Pedro—

- y si, tenes razon—dijo Gonzalo—

-Pensaba ir despues del gimnasio a verla…a intentar que quiera verme y escucharme primeramente—dijiste—

-espera un poco gorda…apenas paso hoy, deja que su cabeza se enfrie un poco—dijo Gonzalo—capaz me doy una vueltita por la casa de Virgi otra vez, y tanteo el terreno, ¿queres?—te pregunto—

-por favor….me mata no saber como esta—dijiste—¡te juro que quiero dormir y despertarme sabiendo que todo fue un sueño—dijiste suspirando—

-Ya va a pasar todo flaquita…vas a ver, van a volver a ser las mismas de antes—dijo Gonzalo—

-Ojala Gon…me muero si no es asi—dijiste con la voz cargada de angustia—





Ojala que todo lo malo pasara rápido…temías por lo que podia llegar a pasar, pero al fin y al cabo, quien tenia la culpa eras vos, y nadie mas que vos.



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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y cinco, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido. 

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jueves, 29 de octubre de 2015

Capitulo 55



El





Después de lo que había sucedido, decidiste tomarte el resto del día libre, para poder acompañar a Paula y estar con ella.  Te encargaste de  llevarla a su departamento e intentar que dejara de llorar había sido la prueba más difícil que la vida te había dado, pero finalmente lo lograste, dejándola dormidita en su cama. Suspiraste y te quedaste mirándola enamorado…como te gustaría cambiar todo y solo hacerla sonreír y reír.

 Te acostaste a su lado y tomaste su mano, para luego acariciar su cabello…En ese momento escuchaste el ruido de la puerta, frunciste el ceño y soltaste la mano de Pau suavemente, y luego de dejar un beso en su frente, caminaste hacia la entrada, abriste la puerta y te encontraste con un hombre, no más de veinticinco años, él te miro con un semblante serio…








-Hola—saludaste con un poco de miedo—

-hola, ¿esta mi hermana?—pregunto secamente—

-Si, pero se durmió hace un ratito—dijiste, y rogaste que no te pidiera despertarla, te habia costado tanto poder lograrlo—

-¿y vos quien sos?—pregunto el, y te pusiste un poco nervioso…no querias responder nada que estuviera de mas, ni tampoco ponerte en evidencia, porque, ¿Qué iba a pasar cuando se enterara de la verdad?—

-Soy…un amigo de Paula—dijiste y lo viste sonreir—¿queres pasar y esperar a que despierte?—preguntaste—

-dale, dale…me gustaría hablar con ella—dijo el y asentiste para luego correrte a un costado y dejarlo pasar—

-No se si Paula tiene algo en la heladera, pero de ser asi, ¿te gustaría tomar algo?—preguntaste y el rio—

-jugo de naranja, eso seguro que tiene, no le falta nunca—dijo el y sonreíste, era verdad, podría faltarle cualquier cosa menos el jugo—

-seguro que si—dijiste y te dirigiste a la heladera para buscar algo que pudieras ofrecerle al hermano de Pau, efectivamente encontraste el jugo de naranja y serviste dos vasos para luego llevarlos a la mesa donde el estaba sentado—

-muchas gracias—dijo el—asi que sos amigo de Pau—dijo el y vos no pudiste evitar mirar para abajo, si supiera la historia de Virginia—

-si—dijiste—

-¿Dónde se conocieron?—pregunto y de repente sentiste calor, ¿Qué respondias?, se habían conocido una noche en un boliche…y lo que habia pasado esa misma noche no era algo que se pudiera contar con total normalidad, y menos a su hermano—

-en una cena—dijiste—

-¿ah si? ¿amigos en común?—pregunto, y asentiste mientras tomabas un sorbo de jugo, de repente escucharon pasos y cuando levantaste la vista viste a Paula refregando sus ojitos—

-¿mi amor? ¿Dónde estas?—la escuchaste decir y quisiste que la tierra te tragara. Cuando Paula saco 
las manos de sus ojos se quedo de piedra al ver a su hermano sentado ahí—

-Gonzalo—dijo ella y su hermano sonreía de manera divertida—

-Hola Pochita—saludo el—

-¿Qué haces aca?—pregunto sin responder al saludo—

-vine a ver a mi hermanita, pero me abrio la puerta su amigo…al que le dice mi amor por cierto—dijo mirándote a vos, y vos ni siquiera sabias donde poner la mirada—

-Gon—dijo ella—

-tranquila, no pasa nada—dijo el, levantándose y abrazándola para luego besar su frente—¿te sentas con nosotros?—pregunto el, y Paula se sento a tu lado en la mesa, frente a Gonzalo—

-¿Cómo estas gordo?—pregunto ella—

-yo bien, pero, ¿y vos? todos los ojitos hinchados, ¿estuviste llorando?—le pregunto un poco asustado, Paula miro hacia abajo—

-No, o bueno si, pero es porque miramos una película—dijo ella y vos sonreíste para luego asentir—

-tenes una hermana muy sensible—dijiste vos, y sentiste a Paula tomar tu mano por debajo de la mesa—

-Tengo dos hermanitas muy sensibles…y eso era lo que venia a preguntarte, si sabias algo de Virgi, fui hasta la casa y me la encontré llorando tambien—dijo el encogiéndose de hombros, tu cuerpo se tenso y apretaste la mano de Pau, quien te miro y sus ojos se llenaron de lagrimas—¿Qué pasa Pau? 
¿Por qué lloras?—pregunto el asustado y poniéndose de pie—

-nada Gon....nada—dijo ella secándose las lagrimas, vos apretaste su mano una vez mas y Gonzalo te miro—

-¿Qué esta pasando? ¿alguno de los dos me va a contar?—pregunto su hermano—

-no puedo—dijo Paula dejando escapar un sollozo, y escondiéndose en tu abrazo, obviamente vos la abrazaste tambien—no puedo—repitio ella—

-¿me vas a contar que le pasa?—te pregunto el, preocupado mientras veía llorar a su hermana—
¡Paula!—dijo, pero ella seguía escondida en tu pecho—

-no es para nada fácil—dijiste—

-me estan asustando—dijo el, y Paula salio de su “escondite”—

-Pedro, ¿nos podes dejar solos un ratito?—pregunto ella, y vos besaste su frente para luego asentir—

-me quedo aca si queres—dijiste y ella asintió—

-anda al cuarto—dijo ella y volviste a besar su frente—







En ningún momento Gonzalo te perdió de vista, te siguió con la mirada hasta que hubieras llegado a la habitación. Obviamente te quedaste cerca para poder escuchar un poco, sabias que la situación te involucraba tanto como a Paula. Lo único que querías era que no la juzgara y que no la hiciera sentir peor de lo que ya lo hace. Te asomaste un poquito y los viste sentados en el sillon de tres cuerpos, por suerte te daban la espalda asi que no podían verte. Pau seguía llorando y tu corazón se apretó, no te gustaba para nada verla asi, pero era lo que les habia tocado…






-yo…si se lo que le pasa a Virgi—dijo ella, entre sollozos y largas Pausas, su hermano la estudiaba con atención y curiosidad—

-¿Por qué lloras? ¿Qué hicieron? ¿se mandaron una macana?—pregunto, y ella sorbio su nariz—

-Ojala fuera solo una macana de las que nos mandamos casi siempre—dijo ella—

-Paula me estas asustando—dijo Gonzalo—

-es que…tengo miedo de que me odies cuando te lo cuente…que me odies igual que me odia Virginia—dijo ella volviendo a llorar—





Tu corazón comenzó a latir…habia llegado el momento de sacar a la luz la verdad.




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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y cinco, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido. 

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miércoles, 28 de octubre de 2015

Capitulo 54






Ella






Una vez que Pedro y vos llegaron a la empresa, vos automáticamente te dirigiste al salón donde se llevaría a cabo la fiesta que estaba en tus manos. Todo era muy lindo, y las ideas que tenías para esa noche lo eran todavía más.

Tu buen humor, y la buena noche que habias tenido habían ayudado a a que las ideas aparecieran como flashes en tu cabeza. Tus bocetos se aumentaban con el paso de los minutos, y es que cuando estabas bien todo era mejor, y Pedro tenia la culpa de todo, el era quien te ponía de buen humor…a pesar de que tu hermana tambien haya ocupado tus pensamientos gran parte del tiempo, estuviste pensando en miles de formas para decirle la verdad, porque así era, querias hablar con ella, querías aclarar todo este enredo que cada vez se hacía más grande.

Y si tu buen humor se debía a el, cuando vino a darte una sorpresita, toda la alegría aumentó, bueno, si bien te hizo bien que viniera, lo que te dijo te hizo pensar, el momento habia llegado y tenias que hablar con tu hermana, obviamente el miedo a que te odiara estaba presente, pero seria peor si lo que tenías con Pedro se hacía mas fuerte y no podías soltarlo después. Igualmente, te hacia bien tenerlo a el, tener su apoyo…







-supongo que no se lo va a tomar muy bien que digamos…pero se nota a kilómetros lo mucho que se quieren, y ese amor las va a unir otra vez—dijo el y vos asentiste, el beso tu frente—hay que tomar coraje nada mas, y yo voy a estar aca para apoyarte—dijo y se acerco para besarte, vos  aceptaste gustosamente ese beso, que a los pocos segundos, comenzó a volverse mas desesperado y salvaje, sin querer queriendo dejaste caer tu cuaderno al suelo y rodeaste su cuello con sus brazos, el te aprisiono contra tu cuerpo y…--

-¡Paula!—escucharon gritar a Virginia, y automáticamente tu cuerpo se puso duro, tus ojos se abrieron como platos, y lo viste a Pedro con la misma expresión que vos. Miraste a tu costado y la viste parada a tu hermana con su mano en la boca y con los ojos llenos de lagrimas, tu corazon se apreto con fuerza y tus ojos tambien se humedecieron-

-Virgi—dijiste, apenas audiblemente, tampoco era que tenias fuerzas para hablar—

-¿Qué haces con mi hermana Pedro?—pregunto ella, con su voz quebrada, el intento acercarse a ella—

-Virgi, nosotros podemos explicarte—dijo Pedro—

-¡¿¡que mierda me van a explicar!?!—dijo ella dando un grito que te hizo poner aun mas de piedra—

-Yo te puedo explicar Virgi—dijiste acercándote a ella, y tomándola del brazo—

-¡No me toques! ¡alejense de mi los dos!—dijo y un sollozo escapo de su garganta—¿Por qué me hiciste esto Paula? ¿Por qué?—dijo ella y no pudiste mirarla a los ojos, igualmente las lágrimas te impedían hacerlo—

-Virginia…yo tambien tengo la culpa, todo tiene una explicación—dijo Pedro—

-¿Qué explicación me vas a dar Pedro?—dijo ella y solto una risita ironica—¿eras vos al que vi en su cama esta mañana?—pregunto y lo viste bajar la mirada—el que calla otorga—dijo— ¿hace cuanto los dos estan burlándose de mi a mis espaldas? ¡¿hace cuanto me estas haciendo cornuda con mi hermana?!—grito esto ultimo y sorbiste tu nariz, la cara se te caia de la vergüenza…pero, todo podia pasar, sabias que podia pasarles y efectivamente, les termino pasando—

-Primero no sabíamos…despues nos terminamos enterando de la verdad y—dijo Pedro—

-Y siguieron igualmente...engañándome a mi, y a tu mejor amigo; y vos—dijo señalándote con el dedo—¡terminaste siendo una zorra como todas las demás—dijo y esas palabras fueron como una puñalada directo al corazon—

-Virginia…es tu hermana—dijo Pedro, y sentiste sus manos en tus hombros—

-si…pero al parecer, ni el rotulo le importo a la hora de acostarse con mi novio—dijo ella con bronca y el dolor iba en aumento dentro tuyo. La voz no te salía y las lagrimas no dejaban de salir—

-No es asi gorda—dijiste con la poca voz que te salio—

-¿Virginia?—Marianela entro al salón buscándola, miro atentamente la situacion, mientras las dos lloraban desconsoladamente—

-¿Qué pasa Marian?—pregunto ella—

-Don Horacio estaba buscándote…necesita que lo acompañes a una reunión—dijo Marian—

-Si, vamos—dijo ella dándose la media vuelta y cerrando la puerta tras ella. Tus piernas de repente se volvieron gelatina y te dejaste caer en el suelo mientras un fuerte sollozo escapaba de tu garganta—

-¡Soy una basura!—dijiste y sentiste a Pedro abrazarte con fuerza—

-Sh…tranquila mi amor, vas a ver que todo se va a arreglar—dijo el y apoyaste tu cabeza en su hombro—

-Me odia Pepe…¡me odia!—dijiste con todo el dolor del mundo—no lo puedo creer—dijiste—

-Yo tampoco….no tendría que haber venido, es mi culpa—dijo el y te separaste un poco para mirarlo—

-No, es la mia…yo no tendría que haber dejado que lo nuestro se hiciera mas fuerte sin haberle dicho la verdad, yo fui la que espere, yo fui la que dejo pasar el tiempo—dijiste y lo sentiste besar tu mejilla—

-los dos tenemos la culpa mi amor…los dos dejamos pasar el tiempo—dijo el y te refugiaste en su abrazo—

-¿y si no me perdona? ¿y si no me quiere ver mas? ¿Qué hago Pedro?, ella es todo para mi, es mi hermanita, mi compañera…mi amiga, todo…no lo supe manejar mi amor, yo te juro que no la queria lastimar—dijiste en un sollozo—

-yo más que nadie se eso amor—dijo—tenemos que esperas a que ella este mas calmada, cuando salga de trabajar intentemos hablar con ella—dijo el y sorbiste tu nariz—

-Necesito hacerlo yo sola primero…quiero decirle como son las cosas—dijiste y el beso tu frente—

-estoy seguro de que te va a entender—dijo el—

-pero no me va a perdonar…la traicione –dijiste—

-es cuestión de tiempo…dale tiempo, pero primero hay que explicarle como pasaron las cosas, va a 
entender la situacion—dijo el y lo abrazaste—

-ojala…me muero sin ella, te juro que me muero—dijiste, y el te mantuvo en su abrazo por un largo 
tiempo, se quedo ahí a tu lado, sin moverse, y pensaste lo mucho que te gustaba sentirlo cerca, te 
sentías protegida… querida.




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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y cuatro, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido. 

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martes, 27 de octubre de 2015

Capitulo 53




El






¿Qué mejor manera que comenzar tu día desayunando con ella?, obviamente sacando la parte en la que recibiste la noticia de que Virginia los había visitado. Todo habia sido perfecto, hasta que tuvieron que separarse al llegar a la empresa. Y una vez mas, como todos los días, te odiaste por no poder llevarla caminando de tu mano, orgulloso de la mujer que tenias a tu lado…sabias que eso no seria posible, pero como todos decían “soñar no cuesta nada y es gratis”, y soñar que caminabas con ella era uno de tus sueños.


Una vez en tu oficina, te estiraste para atrás  y suspiraste deseando que sea la hora de irte a tu casa para poder verla de nuevo, aunque no la tenías lejos, solo estaba en el piso de abajo trabajando en el 
evento que se llevaría a cabo en tres semanas. La puerta se abrio y Virginia hizo acto de presencia…







-Hola mi amor—saludo ella, de esa forma tan alegre que tenia—

-Hola Vir—la saludaste y ella se acerco para sentarse en su regazo, pusiste todo tu empeño en no mostrarte reticente a aquella acción de ella, pero seria  un poco grosero de tu parte—

-¿Cómo estás? ¿Cansadito?—pregunto ella mientras tiraba tu cabello para atrás—

-si, un poco—dijiste—

-pero si apenas llegas loquito—dijo ella riendo y escondiendo su cara en tu cuello—¿sabes si mi hermana llego?—pregunto—

-no, no tengo idea, pregúntaselo a Marian—dijiste—

-Si, ahora lo voy a hacer—dijo ella riendo—

-¿Por qué te reis? ¿Qué paso?—preguntaste—

-es que hoy llegue de sorpresa a su casa, y estaba con un tipo—dijo ella riendo, y vos sonreíste al saber que ese tipo eras vos—

-¿y que tiene? Es grande—dijiste—

-si, ya se que es grande, pero no me conto que estaba saliendo con alguien—dijo ella—y nosotras nos contamos todo—dijo y tu cuerpo se tensó—

-y capaz te lo iba a decir—dijiste—

-no se si me lo iba a decir…pero, me parecio un poco raro—dijo ella y vos frunciste el ceño—

-¿Por qué?—perguntaste—

-y porque, digamos que nunca fue de esas personas que llevan el desayuno a la cama, y cuando llegue era lo que iba a hacer…capaz debe tener su lado tierno, pero por lo que sabia de su relacion con Francisco, ella rehuía a todas esas cosas, era veneno para  el “romanticismo”—dijo y pensaste que 
gracias a Dios, Paula habia sacado su lado “tierno” con vos, y como te encantaba ser el primero—

-capaz que eso era lo que queria mostrar…o el hombre con el que esta es diferente—dijiste—

-Ojala…me encantaría verla enamorada, desde chiquitas, siempre dijimos que cuando encontremos al hombre ideal, íbamos a ir a comer los cuatro juntos—dijo ella con una sonrisa, y tu corazon se apreto con fuerza, ¿Cómo hacían para salir de este enriedo?—

-¿si?. Y bueno…tal vez tendrías que esperar un poco, ¿mira si ella todavía no tiene claro lo que le pasa con el tipo este que decis, y quiere estar segura?—dijiste y ella suspiro—

-y si, puede ser—dijo ella y beso tus labios—uy, ya se me fueron los diez minutos de break, tu papa me va a matar—dijo ella riendo y levantándose de tus piernas—

-anda…que tengas lindo dia—dijiste vos y ella te tiro un beso, pero antes te miro con curiosidad—

-¿Qué pasa?—preguntaste—

-¿estas bien?, te lo queria preguntar hace unos días…porque te siento un poco raro—dijo ella y la miraste—

-¿en que sentido?—preguntaste—

-no se…como que siento que cada vez que estamos juntos, estas pensando en otra cosa…de repente siento que tu buen humor y tu alegría se fueron, o no se si soy yo—dijo ella…si supiera que esa otra cosa era su hermana… y que tu alegría se la llevaba ella cuando se alejaban—

-no pasa nada  Virgi…aca en el trabajo nunca tengo alegría—dijiste sonriendo y ella rio—

-me imagine…bueno, me voy amor, que tengas lindo dia tambien—dijo ella y se fue—








Nuevamente soltaste un suspiro, y es que lo que estabas haciendo era tapar el sol con tu dedo. 

Querias tratar de estar bien con Paula, dejando todo lo demás de lado, sabiendo que quizás ella estaba en su casa pensando en vos, poniendo todas sus energías en alguien…que estaba enamorado de otra persona. Quizas deberias hablar con Pau, convencerla de que tendrían que hablar con Virginia para que esta bola no se hiciera mas grande... Miraste el reloj, y te levantaste para dirigirte al piso de abajo, necesitabas decirle esto cuanto antes.

Ni siquiera esperaste a bajar por el ascensor, simplemente lo hiciste por las escaleras. Ella estaba de 
espaldas, tan hermosa como siempre, dibujando mientras caminaba de un costado a otro.







-Hola bombón—dijiste y ella se dio la vuelta—

-¡hey!—dijo con una sonrisa, y pudiste notar que esa sonrisa no era sincera. Vos te acercaste hasta rodear su cintura con tus brazos, besaste su barbilla y la escuchaste suspirar—

-¿Qué pasa mi amor?—dijiste y ella poso su cabeza sobre tu hombro—

-me siento mal por Virgi otra vez—dijo ella y besaste su frente—

-Yo también mi amor…vine para hablar de eso—dijiste y ella levanto la cabeza para mirarte—

-¿Hablar de qué?—pregunto ella—

-De nosotros…que ya no quiero que nos escondamos, tampoco que salgamos a gritarlo a los cuatro vientos, pero si ya nos paso lo de tu departamento una vez, puede pasarnos otra vez, y no solo en tu departamento, en el mio…en cualquier lado—dijiste y ella asintió—

-¿vos decis que hable con ella?—pregunto, aceptando tu opinión—

-Pienso que va a ser lo mejor, para ella y para vos, que le vas a ir con la verdad—dijiste y ella suspiro—

-tengo miedo de que no me quiera hablar ni ver nunca mas—dijo ella y viste sus ojitos llenarse de lagrimas—

-supongo que no se lo va a tomar muy bien que digamos…pero se nota a kilómetros lo mucho que se quieren, y ese amor las va a unir otra vez—dijiste y ella asintió, vos sonreíste y besaste su frente—hay que tomar coraje nada mas, y yo voy a estar aca para apoyarte—dijiste y te acercaste para besarla, ella acepto gustosamente ese beso, que a los pocos segundos, comenzo a volverse mas desesperado y salvaje, ella dejo caer su cuaderno al suelo y rodeo tu cuello con sus brazos, vos aprisionaste su cintura contra tu cuerpo y…--

-¡Paula!—escucharon gritar a Virginia, y automáticamente sus cuerpos se pusieron de piedra, esta vez no fue una mentira-



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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y tres, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido. 

 me gustaría saber si les gusta y leerlas.

Si hay MUCHOS, MUCHOS, MUCHOS comentarios, mañana tienen otro...pero solo si hay MUCHOS, y (con muchos  me refiero a mas de 10). Y CON NOMBRE DE  TWITTER.  

Y ES POSTA



lunes, 26 de octubre de 2015

Capitulo 52





Ella






Si alguna vez te hubiesen dicho que estarías así de loca y tonta por un hombre, jamás hubieras creído en esas palabras, pero ahora, con Pedro en tu vida, todo era distinto, todo…era más lindo, hasta mirar televisión se había vuelto un pasatiempo hermoso junto a él, sin mencionar que dormir con el era lo mejor que te había pasado en la vida.

Y hablando de dormir con él, así estabas, bueno, el más precisamente, quien estaba aferrado a tu cintura, sin siquiera darte espacio para moverte, ni darte la opción de cambiar de posición, aunque no estabas incomoda, es más, amabas que te abrazara, sentir su respiración en tu nuca era lo más relajante del mundo. Acariciaste sus antebrazos una y otra vez, hasta que de a poquito lograste que te dejara ir; miraste el reloj de pared, y faltaba un poco más de media hora para que el despertador sonara, sonreíste, podrías prepararle un desayuno y traérselo a la cama, aun no habías tenido la oportunidad de hacerlo y sospechabas que le encantaría.

Te levantaste suavemente, y te dirigiste al baño para mejorar un poquito tu aspecto. Luego fuiste hacia la cocina para comenzar con tu labor del desayuno, faltaban veinte minutos aun, ese era el tiempo suficiente para poder terminar con tu súper desayuno. Exprimiste algunas naranjas,  luego hiciste café para los dos, junto con tostadas, para después poner todo en una bandeja. Llenaste las dos tazas y pusiste un poco de leche en una pequeña tetera. Sonreíste, y cuando estabas a punto de dirigirte hacia tu habitación, un grito te trajo de vuelta al mundo.








-¡Gorda! ¡buen dia! ¡espero que estes despierta!—grito, pasando por tu lado, a punto de dirigirse a tu cuarto, tu corazon comenzo a latir-

-¡Virgi! ¡Virgi aca estoy!—gritaste y ella se detuvo al verte—

-¡Ey! Estas despierta, pensé que no—dijo ella, acercándose a vos y besando tu mejilla—¿Cómo amaneciste loquita? ¿mejor? ¿ya paso el susto?—pregunto con su alegría característica de siempre—

-Si, ya paso…y muy bien, gracias, ¿vos?—preguntaste—

-Yo también…y vine a desayunar con vos—dijo ella riendo y mirando la bandeja que tenias en tus manos—apa…¿vas a desayunar rico hoy?—pregunto mirando todo lo que habias preparado—

-Si—dijiste casi en un susurro—

-en realidad vine, porque se me rompió la planchita, asi que uso la tuya—dijo dándose la media vuelta para caminar hasta tu cuarto, casi que tiraste la bandeja—

-¡Virgi! ¡Virgi para!—gritaste, pero para eso ya era tarde, ya habia entrado. Vos te quedaste parada al comienzo del pasillo y a punto de tirar todo por  como te temblaba el cuerpo. Virginia salio a los pocos segundos, con una expresión divertida—

-¿Por qué no me dijiste que estabas con alguien idiota?, yo gritando como las mejores y tu príncipe azul durmiendo, dijo riendo. Tu corazón seguía totalmente acelerado, pero, ¿no lo vio o que paso?—

-es que…no pense que ibas a entrar asi—dijiste, un poco aturdida—

-es que, ¿Qué me iba a imaginar yo?, observa como esta tu macho por favor—dijo ella, y vos te acercaste con la bandeja, hasta el marco de la puerta, Pedro estaba durmiendo con la cabeza metida debajo de las almohadas. Con razon no lo habia visto, y gracias a Dios no se movio—

-Bueno vamos…asi no se despierta, igual, ya se tiene que ir a trabajar—dijiste vos—

-¿no me lo vas a presentar?—pregunto ella, codeándote—

-No, otro dia gorda—dijiste, y ella te hizo un pucherito—

-Okey, te dejo loquita…mira esto che, si yo no venia no me ibas a contar nunca, ¿no?—pregunto ella—

-Si  que te iba a contar, pero todavía no somos nada ni tampoco es nada serio…estamos viendo que onda nada mas—dijiste vos—

-Bueno che…te dejo que se te van a acalambrar las manos…¡te amo!—dijo y beso  tu mejilla con fuerza dirigiéndose a la puerta nuevamente—

-¿No vas a llevar la planchita?—preguntaste—

-No…me ato el pelo, no quiero interrumpir tu mañana amorosa—dijo guiñándote un ojo y haciéndote sonreir—

-estúpida—dijiste y a los pocos segundos, escuchaste la puerta cerrarse, tus pulmones se desinflaron por completo al dejar escapar todo el aire que venias conteniendo por esos eternos minutos—

-Buen dia mi amor—escuchaste desde atrás, y diste las gracias al cielo que no se hubiera levantado un minuto antes—

-Pepe—dijiste dándote la vuelta y lo viste refregarse sus ojitos, y totalmente dormido—hola—dijiste—

-¿Por qué tenes esa carita de asustada?—pregunto mientras se acercaba a vos—¿eso es para mi?—pregunto mirando la bandeja, vos asentiste y el sonrio—

-Acaba de venir Virginia, entro al cuarto…y te vio, pero no la cara—dijiste y el abrio los ojos por completo—

-¿Cómo que me vio?—pregunto asustado—

-Estabas con la cabeza debajo de las almohadas…casi me agarro un infarto Pepe—dijiste y el te miro con miedo—

-menos mal que no me levante antes—dijo el y vos asentiste—

-Me dijiste buen dia, y ella cerro la puerta…casi me caigo redonda al suelo—dijiste y el te quito la bandeja de las manos para abrazarte—

-que susto…bueno, gracias a dios no paso nada—dijo el y vos lo abrazaste tambien—

-Si, por suerte….estuvimos a un pelito de que nos descubran—dijiste y el beso tu frente—

-Ya sabemos para la próxima…¿ella tiene las llaves o que?—pregunto—

-Si, obvio…es mi hermana, ella tiene las mias como yo las de ella y la de mis hermanos—dijiste—

-pero, ¿entro asi como si nada?—pregunto el—

-penso que iba a estar dormida…por eso entro, para no despertarme—dijo y el suspiro—

-menos mal—dijo—cambiando de tema…no es que le quiera restar importancia a esto que paso pero, el hambre puede mas…¿eso es para mi?—pregunto otra vez y levantaste la vista para mirarlo—

-si, te iba a llevar todo a la cama pero llego Virgi—dijiste, y tomo tu rostro para dejar un beso en tus labios—

-¡que rico!...¿desayunamos?, asi despues si esta rico, te lo hago saber—dijo en un susurro cerca de tu pido, uno que te hizo sonreir—

-Dale mi amor—dijiste y obtuviste la sonrisa mas grande del mundo—

-amo que me digas asi…me hace sentir todo un macho, tu macho—dijo haciéndote reir—

-vamos a desayunar mi macho…te quiero—dijiste besando sus labios—

-yo te quiero mas—dijo el, besando tu cuello—






Los dos se sentaron a desayunar entre risas y besos, luego los dos fueron al trabajo, obviamente llegando por separado para no levantar sospechas…pero, qué lindo amanecer habias tenido, sacando lo de tu hermana, que por otra parte tambien te tenia preocupada y te fue inevitable preguntarte, ¿Qué hubiera pasado si Virginia hubiese visto a Pedro durmiendo en tu cama?...suspiraste, era mejor no pensar en eso.





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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y dos, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido. 

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domingo, 25 de octubre de 2015

Capitulo 51




El





Una vez que ambos se bañaron, bueno, vos y ella solamente te hacia compañía, los dos se dirigieron a la habitación, según ella a dormir, pero vos querías otra cosa, darle amor, y que ella te lo de a vos.

Paula volvió a ponerse su pijama y se acostó, mientras te obligaba a secarte la espalda y el cabello antes de que vos lo hicieras,  era hermosa cuando se enojaba, y la harias enojar cada vez que pudieras, solo para ver esa faceta tuya, retándote desde la cama y haciéndote sonreir a mas no poder.






-¿Por qué sos tan ogra?—preguntaste y ella te miro con incredulidad—

-¿Qué dijiste?—dijo ella—repetilo—dijo apuntándote con su dedo—

-¿Por qué sos tan ogra?—repetiste, haciéndote el valiente—

-¿ogra porque?—pregunto ella—

-y mira como te pones porque no me seco la espalda—dijiste—

-me pongo asi porque vas a mojar toda la cama, aparte de que te va a hacer mal porque esta prendido 
el aire—dijo ella—

-ah, ¿me estas cuidando?—preguntaste con una sonrisa. Ella ni siquiera te respondio y se dio la vuelta en la cama dispuesta a dormir—Pau—dijiste, y no obtuviste respuesta nuevamente—¿te enojaste?—preguntaste divertido, dejando la toalla sobre el sillon que estaba a los pies de la cama y acostándote a su lado, ella estaba dándote la espalda—loquita—dijiste, y te acercaste un poquito mas, destapando su hombro y dejando un beso allí—ei, contéstame—dijiste y resite por dentro, ¿se enojo porque le dijiste ogra?—¡Pau!—dijiste levantando la voz un poquito—

-¿Qué queres?—pregunto ella de repente—

-que me contestes quiero—dijiste—

-No, porque soy una ogra—dijo ella, y vos reíste—

-no me digas que te enojaste por eso—dijiste acercándote a su cuello y besándola allí—

-soltame—dijo ella, molesta, vos sonreíste y llevaste tus manos a sus costillas—¡No!—grito—

-si…date la vuelta y mírame entonces—dijiste cerca de su oído—

-¡no quiero! ¡me dijiste ogra!—dijo ella y la diste vuelta para que pudiera mirarte, bah, mejor dicho, 
te pusiste encima de ella para que no pudiera moverse ni tuviera escapatoria—

-La ogrita mas linda del mundo—dijiste—

-¡Pedro! Basta—dijo ella, seria—muñequita me gusta mas—dijo ella haciéndote reir, le diste un beso en la nariz—

-¿Cómo te puedo desenojar?—preguntaste, mientras besabas su mejilla reiteradas veces—

-y no se, masajitos…chocolates, gomitas—dijo ella—ah, para, los chocolates y la gomitas no los tenes, por lo que podes empezar con los masajes—dijo ella y vos reíste, era una tramposa—

-sos una tramposa vos—dijiste besando uno de sus ojos—

-¿Por qué?—pregunto ella inocentemente—

-caradura—dijiste—

-¿vas a dejar de bardearme?—pregunto ella—¿Qué tenes hoy? ¿Qué te pico?—pregunto ella—

-una ogrita me pico—dijiste—

-basta porque te voy echar te juro—dijo—

-intentalo, yo no me voy por nada del mundo….asi, abrazadito a vos me voy a quedar—dijiste, escondiendo tu cara en su cuello, aspirando su aroma—

-sos un tarado—dijo ella—¿me haces masajes?—pregunto ella con un pucherito que te hizo morir de amor—

-¿y porque tendría que hacerlo si me queres echar?—preguntaste apoyándote en tus manos que estaban a los lados de la cabeza de Paula—

-Yo no te quiero echar—dijo ella y vos reíste—encima que me bardeas, no queres hacerme masajes, sos cualquiera—dijo ella doblando su cabeza hacia la derecha y desviando la vista de tus ojos—

-Yo no soy cualquiera, soy tu amor—dijiste intentando buscar su mirada, haciéndola sonreir—

-¡Basta!—dijo ella—

-soy tu amor—dijiste besando su mejilla—

-cortala—dijo ella—

-¿queres masajitos mi amor?—preguntaste besando su cuello—

-hace dos horas te estoy diciendo que si—dijo ella, haciéndose la enojada—

-¿asi tratas a tu amor?—preguntaste—

-Si…porque encima que me bañe con vos, no me queres cumplir el capricho a mi—dijo ella y logro cruzarse de brazos. Vos reíste—

-si me das un beso te hago los masajes que tanto queres—dijiste, y ella te dio un pico—¡nah! Una pobreza ese beso—dijiste—quiero uno que me deje temblando—dijiste y ella rio—

-¿estas loquito?—pregunto ella—

-por vos, ya te lo habia dicho—dijiste y la besaste—¿sabes que?, solo porque te quiero mucho, te voy a hacer los masajes, ponete boca abajo, dale—dijiste, y ella festejo abrazandote por el cuello y besando tu mejilla—

-Gracias—dijo ella—

-¿gracias que?—preguntaste antes de que se diera la vuelta, ella rodo los ojos—

-gracias mi amor—dijo y besaste su “pera”—










Te encargaste de cumplir su caprichito y dejarla satisfecha, obviamente le brindaste algunos besos y caricias en medio de esos dichosos masajes, y es que su piel era tan tentadora, su cercanía y su aroma te volvían loco, toda ella te volvía loco.

Una vez que terminaste, te encontraste con una Paula medio adormilada, se habia relajado mucho, pero…todavía faltaba su solidaridad con vos, asi que sonreíste y comenzaste a besar su espalda y su cuello.








-¿Mi amor? ¿dormis?—preguntaste entre besos—

-Si—dijo ella y reíste—

-despertate—dijiste—

-no….tengo sueño—dijo ella, poniendo sus manos debajo de la almohada—

-¿puedo sacarte el sueñito?—preguntaste—

-mm no—dijo ella y vos reíste—

-ya te hice los masajitos…ahora cumplime el caprichito a mi—susurraste en su oído—

-No…tengo sueño, mas tarde—dijo ella, y sonriendo la diste vuelta, poniéndola boca arriba—¡Pedro! Tengo sueño—dijo ella rezongando, vos besaste su boca—quiero dormir—dijo ella—

-y yo quiero hacerte el amor—dijiste despacito—

-No tengo fuerzas—dijo ella—me dejaste dopada—dijo—

-puedo despertarte tranquilamente—dijo ella, y te miro—

-¿vos no aceptas un “no” como respuesta verdad?—pregunto ella—

-¿se nota mucho?—preguntaste y ella rio—

-¡sos terrible!—dijo ella—

-terriblemente enamorado estoy—dijiste besándola—

-como me endulzas el oído—dijo ella y vos reíste—





Terminaste saliéndote con la tuya, terminaste amándola y queriéndola de la forma en la que querias hacerlo, por medio de besos, caricias y algo mas.  No habia mejor estado que este, el estar con ella a tu lado. Abrazados y enredados, se durmieron tranquilos, en paz, y queriéndose. 



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Buenas!!!!! acá estoy, presente, cumpliendo con ustedes! les dejo el capitulo Cincuenta y uno, que espero les guste y  mas todavia, que COMENTEN. es lo único que les pido. 

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